La Eucaristía: centro de ataque de Francisco, los rabinos judíos masones y de los protestantes infiltrados desde el Concilio Ecuménico Vaticano II.
Desde los tiempos de Benedicto XVI están dando la Sagrada Comunión con "máuinas despachadoras de Hostias", lo que nulifica el sentido de la consagración de los Sacerdotres y la Unción de sus manos.
Francisco, en misa negra celebrada el 31 de octubre del 2016 conmemorando el más grande CISMA de la Iglesia provocada por Martín Lutero, se comprometió a que la Iglesia suprimiría la palabra "TRANSUBSTANCIACIÓN", que es el suceso grandioso y sobrenatural divino, por el que el Pan ácimo y el Vino se convierten, cambian de sustancia, al Cuerpo y Sangre de Cristo.
Los siguientes pasos van dirigidos a ''SUPRIMIR EL ETERNO SACRIFICIO O SANTA MISA" como está profetizado en Daniel 8,11-12; 11,31-32; 12,11
Los jerarcas masones y de los Prioratos de Sión y de Praga han ido golpeando al Culto Eucarístico, cambiando el Sagrario del Altar Principal y central de los Templos, relegándolo a lugares laterales, a capillas fuera del Templo principal y hasta en las Sacristías o lugares ofensivos a la Presencia Real de Jesús en la Eucaristía.
Han quitado las barandillas y los reclinatorios donde los fieles recibían, como deben hacerlo, 'de rodillas y en la boca' y de manos del Sacerdote, pues para esto han sido ungidos. Los jerarcas y sacerdotes sectarios la dan de pie y en la mano, para que los fieles las profanen con sus manos no consagradas, o peor aún, las pasen de mano en mano como acostumbra Francisco desde Argentina; y lo ha repetido en Manila, Filipinas.