Exégesis
de la Virgen María de los Caps. 12 al 21 del
Apocalipsis enseñada al P. Stefano
Gobbi, del
Movimiento Sacerdotal Mariano.
(Vigente al 2014)
Segunda Parte
DONGO (COMO), 8 DE SEPTIEMBRE DE 1989.
Natividad de la Bienaventurada
Virgen María
Mitreya, el Devastador Anticristo y su tabla de las religiones para formar con el Ecumenismo su iglesia universal sin Dios ni Eucaristía. |
El Microchip o Marca de la Bestia "666" del Devastador Anticristo Maitreya. |
La gigantesca computadora, "la Bestia", está en Bruselas, Bélgica, y almacenará toda la información de la Humanidad captada por los Microchips o Marca de la Bestia 666 desde donde la manipularán como robots.
La marca en la frente y en la mano (Ap.13, 16-18)
“Hoy es la fiesta del nacimiento
de vuestra Madre Celeste, hijos míos predilectos consagrados a mi Corazón
Inmaculado.
Vividla en la alegría y en la
paz, en el silencio y en la oración, en la confianza y en el filial abandono.
Vosotros sois los pequeños
niños de vuestra Madre Niña.
Sois parte de mi progenie y
pieza clave de mi designio victorioso.
Formáis una corona preciosa de
pureza, de amor y de humildad en torno a la cuna en la que Yo estoy recostada.
Dejaos nutrir y formar por Mí;
dejaos conducir con docilidad por Mí; dejaos marcar por Mí con mi sello
maternal.
Éstos son los tiempos en que
los seguidores de aquél que se opone a Cristo son sellados con la marca en la
frente y sobre la mano. (Ap. 13, 18)
–La marca en la frente y en la
mano es expresión de una total dependencia de quien es marcado por este signo. (Ap.13, 16-18)
El signo significa a aquél que
es enemigo de Cristo, es decir, el Anticristo, y su marca cuando es impresa
significa la completa pertenencia de la persona signada al ejército de aquél
que se opone a Cristo y lucha contra su Divino y Real Dominio.
La marca es impresa en la
frente y en la mano.
–La frente indica la
inteligencia, porque la mente es la sede de la razón humana.
–La mano expresa la actividad
humana, porque es con sus manos que el hombre actúa y trabaja.
Por lo tanto, es la persona la
que es marcada con el sello del Anticristo en su inteligencia y en su voluntad.
Quien permite ser señalado con
la marca en la frente es conducido a acoger la doctrina de la negación de Dios,
del rechazo de su Ley, del ateísmo, que en estos tiempos, es cada vez más
difundido y propagado.
Y así, es impulsado a seguir
las ideologías hoy de moda y a hacerse propagador de todos los errores.
Quien permite ser señalado con
la marca en la mano es obligado a actuar de una manera autónoma e independiente
de Dios, ordenando la propia actividad a la búsqueda de bienes solamente
materiales y terrenos.
De ese modo sustrae su acción
al designio del Padre, que quiere iluminarla y sostenerla con su Divina
Providencia; al amor del Hijo, que hace de la fatiga humana un medio precioso
para su misma redención y santificación; al poder del Espíritu Santo que actúa
por doquier para renovar interiormente a cada criatura.
–Quien es marcado en la mano
trabaja sólo para sí mismo, para acumular bienes materiales; hace del dinero su
dios y acaba siendo víctima del materialismo.
–Quien es marcado en la mano
obra solo para la satisfacción de los propios sentidos, para buscar el
bienestar y el placer, para dar plena satisfacción a todas sus pasiones,
especialmente a la de la impureza, y se hace víctima del hedonismo.
–Quien es señalado con la marca
en la mano hace de su propio yo el centro de todo su obrar, mira a los demás
como objetos para usar y explotar para provecho propio y se hace víctima del
egoísmo desenfrenado y de la falta de amor.
Si mi Adversario marca con su
sello a todos sus secuaces, ha llegado el tiempo en que también Yo, vuestra
Celeste Capitana, marco con mi sello maternal a todos aquellos que se han
consagrado a mi Corazón Inmaculado y forman parte de mi ejército.
Imprimo en vuestra frente mi
sello son el Signo Santísimo de la Cruz de mi Hijo Jesús.
Así abro la inteligencia humana
para acoger su Divina Palabra, amarla, vivirla; os conduzco a confiaros
completamente a Jesús que os la ha revelado, y os transformo hoy en valientes
testimonios de fe.
A los signados en la frente con
la marca blasfema, Yo contrapongo a mis hijos, signados con la Cruz de
Jesucristo.
Después ordeno toda vuestra
actividad a la perfecta glorificación de la Santísima Trinidad.
Por eso imprimo en vuestra mano
mi sello que es el signo del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Con el signo del Padre, vuestra
actividad humana es ordenada a una perfecta cooperación al designio de su
Divina Providencia, que también hoy sigue disponiendo todas las cosas para
vuestro bien.
Con el signo del Hijo, cada una
de vuestras acciones es injertada profundamente en el misterio de su Divina
Redención.
Con el signo del Espíritu
Santo, todo vuestro obrar se abre a su poderosa fuerza de santificación, que
sopla por todas partes como un fuego potente, para renovar desde los
fundamentos a todo el mundo.
Hijos míos predilectos, dejaos
marcar todos, en la frente y en la mano con mi sello maternal en este día en el
que, recogidos con amor en torno a mi cuna, celebráis la fiesta del Nacimiento
terreno de vuestra Madre Celestial.”
FÁTIMA (PORTUGAL), 15 DE
SEPTIEMBRE DE 1989.
Fiesta de la Virgen Dolorosa
Grande es mi dolor
“Participad, hijos predilectos
de mi dolor.
Soy vuestra Madre Dolorosa.
Mi Corazón Inmaculado es traspasado
por numerosas y dolorosas espinas.
El dominio de mi Adversario se
ha hecho cada día mayor y su poder se expande en los corazones y en las almas.
Ya ha descendido sobre el mundo
una densa tiniebla.
Es la tiniebla del rechazo
obstinado de Dios.
Es la tiniebla del pecado
cometido, justificado y ya no confesado.
Es la tiniebla de la lujuria y
de la impureza.
Es la tiniebla del egoísmo
desenfrenado y del odio, de la división y de la guerra.
Es la tiniebla de la pérdida de
la fe y de la apostasía.
En el Cáliz de mi Corazón
Inmaculado Yo recojo, también hoy, todo el dolor de mi Hijo Jesús, que revive
místicamente las horas sangrientas de su agonía.
Nuevo Getsemaní es para Jesús
ver hoy su Iglesia tan violada y desierta, donde la mayor parte de los Pastores
duerme en la indiferencia y en la tibieza, mientras otros repiten el gesto de
Judas y le traicionan por sed de poder y de dinero.
Card. masón John O'Connor, hijo de padres judíos, hace seña masónica, con sus hermanos de logia masónica en el exterior del Templo de San Patricio, Nueva York, a 500 mts. del centro Illuminati.
Obispo del Brasil en el ara de la logia masónica.
Exulta el Dragón frente a la
vastedad de su conquista, con la ayuda de la bestia negra y de la bestia
semejante a un cordero, en estos vuestros días, en los que el diablo se ha
desencadenado contra vosotros, sabiendo que le queda poco tiempo.
La bestia negra vestida de masón, es Baphomet o Pan.
Por esto han llegado también
los días de mi gran dolor.
–Grande es mi dolor al ver a mi
Hijo Jesús que sigue vilipendiado y flagelado en su Palabra, rechazada por
orgullo y desgarrada por interpretaciones humanas y racionalistas.
–Grande es mi dolor al
contemplar a Jesús, realmente presente en la Eucaristía, cada vez más olvidado,
abandonado, ofendido y pisoteado.
–Grande es mi dolor al ver a mi
Iglesia dividida, traicionada, despojada y crucificada.
–Grande es mi dolor al ver a mi
Papa -Juan Pablo II- que sucumbe bajo el peso de una Cruz pesadísima, mientras se ve circundado
por la completa indiferencia de parte de Obispos, Sacerdotes y Fieles.
–Grande es mi dolor por un
número en constante crecimiento de mis pobres hijos que recorren el camino del
mal y del pecado, del vicio y de la impureza, del egoísmo y del odio, con el
gran peligro de perderse eternamente en el infierno.
Entonces hoy, os pido a vosotros,
hijos consagrados a mi Corazón Inmaculado, todo lo que en este mismo lugar, en
mayo de 1917, he pedido a mis tres pequeños niños Lucía, Jacinta y Francisco, a
quienes me aparecí.
Lucía dos Santos, Francisco y Jacinta Marto.
–¿Queréis también vosotros
ofreceros como víctimas al Señor, sobre el altar de mi Corazón Inmaculado, por
la salvación de todos mis pobres hijos pecadores?
Si acogéis esta mi invitación,
deberéis hacer cuanto ahora os pido.
Orad cada vez más,
especialmente con el Santo Rosario.
Practicad con frecuencia horas
de adoración y reparación Eucarística.
Acoged con amor todos los
sufrimientos que el Señor os mande.
Difundid sin miedo los mensajes
que Yo os doy, como Celestial profetisa de estos vuestros últimos tiempos.
¡Si supierais el castigo que os
espera, si seguís cerrando las puertas de vuestros corazones a la voz
angustiada de vuestra Madre Celeste!
Ya que el Corazón Divino de mi
Hijo Jesús ha confiado a mi Corazón Inmaculado la última y extrema tentativa de
conduciros a todos a la salvación.”
DONGO (COMO), 13 DE OCTUBRE DE 1989.
Aniversario de la última
aparición de Fátima
El Ángel del primer flagelo (Ap. 16, 2 ss.)
“Recordad hoy, mi última
aparición ocurrida en Fátima el 13 de octubre de 1917, confirmada por el
milagro del sol.
Mirad cada vez más a la Mujer
vestida del Sol, que tiene la misión de preparar a la Iglesia y a la humanidad
para la venida del Gran día del Señor.
La Mujer vestida del Sol, Virgen de Guadalupe o del Apocalipsis, venciendo sobre Leviatán, el Dragón de 7 cabezas. (Ap. 12, 1ss)
Los tiempos de la batalla
decisiva han llegado.
Ha descendido sobre el mundo la
hora de la gran tribulación, porque los Ángeles del Señor son enviados, con sus
flagelos, para castigar la tierra. (Ap. 15 y 16)
Cuántas veces os he invitado a
andar por el camino de la mortificación de los sentidos, del dominio de las
pasiones, de la modestia, del buen ejemplo, de la pureza y de la santidad.
Pero la humanidad no ha acogido mi invitación y ha seguido
desobedeciendo el sexto mandamiento de la Ley del Señor que prescribe no
cometer actos impuros.
Al contrario, se ha querido exaltar tales transgresiones y proponerlas
como la conquista de un valor humano y un modo nuevo de ejercitar la propia
libertad personal.
De ese modo hoy se ha llegado a legitimar como buenos todos los pecados
de impureza.
Se ha comenzado por corromper la conciencia de los niños y de los
jóvenes, llevándolos a la convicción de que los actos impuros cometidos solos
ya no son pecado; que las relaciones prematrimoniales en el noviazgo son
lícitas y buenas; que las familias pueden comportarse libremente y recurrir
también a los medios para impedir los nacimientos.
Se ha llegado hasta la justificación y la exaltación de los actos
impuros contra natura, incluso a proponer leyes que equiparan a la familia la
convivencia de homosexuales.
Nunca como hoy, la inmoralidad, la impureza, y la obscenidad son
continuamente propagadas a través de la prensa y de todos los medios de
comunicación social.
Sobre todo la televisión se ha convertido en el perverso instrumento de
un diario bombardeo de imágenes obscenas, dirigidas a corromper la pureza de la
mente y del corazón de todos.
Los locales de diversión, en particular el cine y las discotecas, se
han vuelto lugares de pública profanación de la propia dignidad humana y
cristiana.
Es el tiempo en el que el Señor nuestro Dios es continua y públicamente
ofendido con los pecados de la carne.
Ya la Sagrada Escritura os ha advertido que quien peca por medio de la carne, en la
misma carne encuentra su justo castigo.
Y así, ha llegado el tiempo en
el que el Ángel del primer flagelo pasa por el mundo, para que sea castigado
según el querer de Dios. (Ap. 16, 2)
–El
Ángel del primer flagelo inflige en la carne de aquellos que se han dejado
signar con la marca del monstruo en la frente y en la mano y han adorado su
imagen, una llaga dolorosa y maligna, que hace gritar de desesperación a
aquellos que han sido afectados por ella. (Ap. 16, 2)
Esta llaga representa los
dolores físicos que hieren el cuerpo a causa de enfermedades graves e
incurables.
La llaga dolorosa y maligna es
un flagelo para toda la humanidad, hoy tan pervertida, que ha construido una
civilización atea, materialista y hace de la búsqueda del placer el fin supremo
del vivir humano.
Algunos de mis pobres hijos han
sido heridos por la misma, a causa de sus pecados impuros y sus desórdenes
morales y llevan sobre sí mismos el peso del mal que han cometido.
Otros, en cambio, son heridos
aún siendo buenos e inocentes: entonces su sufrimiento sirve para la salvación
de muchos malos, debido a la solidaridad que os une a todos.
–El primer flagelo son los
tumores malignos y toda clase de cáncer, contra el cual la ciencia nada puede
hacer a pesar de su progreso en todos los sectores; enfermedades que se
propagan cada vez más y hieren el cuerpo humano devastándolo con llagas
dolorosísimas y malignas.
Hijos predilectos, pensad en la
difusión de estas enfermedades incurables en todas partes del mundo y en los
millones de muertos que ellas provocan.
–El primer flagelo es la nueva
enfermedad del S.I.D.A., que hiere sobre todo a mis pobres hijos víctimas de la
droga, de los vicios y de los pecados impuros contra natura.
En estos tiempos en los que la
humanidad es golpeada por este primer flagelo, vuestra Madre Celeste quiere ser
para todos ayuda, sostén, consuelo y esperanza.
Por
eso os invito a andar por el camino del ayuno, de la mortificación y de la
penitencia.
–A los niños les pido que
crezcan en la virtud de la pureza y en este difícil camino sean ayudados por
los padres y los educadores.
–A los jóvenes les pido que se formen en el dominio de las pasiones
con la oración y la vida de unión Conmigo, y que renuncien a ir a los cines y a
las discotecas donde está el grave y continuo peligro de ofender esta virtud
tan grata a mi Corazón Inmaculado.
–A los novios les pido que se abstengan de toda relación antes del
matrimonio.
–A las familias cristianas les pido que se formen en el ejercicio de
la castidad conyugal y no usen nunca medios artificiales para impedir la vida,
según la enseñanza de Cristo, que la Iglesia también hoy propone con iluminada
sabiduría.
¡Cuánto deseo de los Sacerdotes la escrupulosa observancia del
celibato y de los Religiosos la práctica fiel y austera de su voto de castidad!
A mis pobres hijos atacados por
el primer flagelo de la llaga dolorosa y maligna, Yo me presento como Madre
Misericordiosa que alivia y consuela, que lleva a la esperanza y a la paz.
A ellos les pido que ofrezcan
sus sufrimientos en espíritu de reparación, de purificación y de santificación.
Sobre todo para ellos mi
Corazón Inmaculado se vuelve el refugio más acogedor y el camino seguro que los
lleva al Dios de la salvación y de la alegría.
En este mi celestial jardín
todos serán consolados y estimulados, mientras Yo misma me preocupo
amorosamente de dar alivio en el sufrimiento y, si está en la Voluntad del
Señor, ofrecer el don de la curación.
Por lo tanto, en estos tiempos
en que la humanidad es atacada por el primer flagelo, os invito a todos a
dirigir vuestra mirada a Mí, vuestra Madre Celeste, para ser confortados y
ayudados.”
DONGO (COMO), 1 DE NOVIEMBRE DE
1989.
Fiesta de Todos los Santos
La nueva Jerusalén (Ap. 21, 9)
“Hoy es la fiesta de Todos los Santos
y mañana recordáis a los que se han salvado pero que aún se encuentran inmersos
en los sufrimientos purificadores del Purgatorio.
En estos tiempos de la gran
tribulación debéis vivir fuertemente la Comunión de los Santos.
Soy la Reina de todos los Santos.
Soy la Capitana de un único
ejército.
–Los Ángeles del Señor han
recibido de Mí el mandato de responder con fuerza y con energía a todas las
insidias que el Dragón, la bestia negra, la bestia semejante a un cordero y los
espíritus malignos, os tienden todos los días.
Qué grande es hoy su poder
celestial, porque son enviados por Mí para contrarrestar la táctica de mi
Adversario, que es la de alejar a muchos pobres hijos míos de la adoración
debida a nuestro Dios, mediante la difusión cada vez mayor del culto satánico y
de las misas negras.
A esta perversa y blasfema
acción de los demonios, los Ángeles responden con su perenne, profundo e
incesante acto de adoración y de glorificación al Señor.
–A los peligros que en estos
tiempos os tienden los malos, tratando de esparcir en el camino por el que
debéis andar obstáculos, dificultades y astutas oposiciones, los Santos del
Paraíso responden con su poderosa asistencia e intercesión.
Las tramas ocultas y oscuras,
que la Masonería urde contra vosotros, para haceros caer en sus redes, son
descubiertas y destruidas por los Santos, quienes hacen descender desde el
Paraíso una fuerte Luz que os envuelve, para perfumar de fe, de esperanza, de
amor, de pureza y de santidad toda vuestra existencia.
La comunión de vida con los
Santos del Paraíso es el remedio que Yo os doy contra los peligros engañosos y
muy astutos que la bestia negra de la
Masonería hoy os tiende.
–Contra las dificultades, las
burlas, las marginaciones que la bestia semejante a un cordero utiliza contra
vosotros, mis hijos predilectos, recurrid
a una perenne comunión de oración con las almas santas del Purgatorio.
Esta
comunión de oración con las almas purgantes da a ellas la luz y el alivio de
abreviar el tiempo de su purificación y os concede a vosotros la seguridad y el
valor para realizar en vuestra vida mi designio, que es el de ayudaros a
cumplir en todo momento la Divina Voluntad del Señor.
Hoy os contemplo con alegría,
reunidos juntos en el celestial jardín de mi Corazón Inmaculado, viviendo esta
estupenda realidad de la Comunión de los Santos, que os une, os ayuda, os
compromete a todos a combatir por el pleno triunfo de Cristo, con el
advenimiento en el mundo de su glorioso reino de amor, de santidad, de justicia
y de paz.
De ese modo vosotros ya estáis
contribuyendo a edificar la Nueva Jerusalén (Ap. 21, 9), la Ciudad Santa, que debe
descender del Cielo como una esposa adornada para su esposo y formáis la morada
de Dios entre los hombres, para que todos lleguen a formar parte de su pueblo,
donde cada lágrima será enjugada de sus ojos y allí no habrá más muerte, ni
luto, ni lamentos, ni afanes, porque las cosas de antes habrán pasado.”
RUBBIO (VICENZA), 8 DE DICIEMBRE DE 1989.
Fiesta de la Inmaculada
Concepción
Una corona de doce estrellas (Ap.12, 1ss)
“Hijos predilectos, contemplad
hoy el candor inmaculado de vuestra Madre Celeste.
Soy la Inmaculada Concepción.
Soy la única criatura exenta de
toda mancha de pecado incluso del original.
Soy toda hermosa: Tota Pulchra.
Dejaos envolver en mi manto de
belleza, para que también vosotros seáis iluminados con mi candor de Cielo, con
mi Luz Inmaculada.
Soy toda hermosa por ser
llamada a ser la Madre del Hijo de Dios y a formar el virginal vástago del que
debe surgir la Flor Divina.
Por eso mi designio se inserta
en el misterio mismo de vuestra salvación.
Al principio soy anunciada como
la enemiga de Satanás, la que obtendrá sobre él la completa victoria.
“Pondré enemistades entre ti y la Mujer, entre
tu descendencia y la suya; Ella te aplastará la cabeza, mientras tú tratarás de
morder su talón”. (Gén. 3, 15)
Al final soy vista como la
Mujer vestida del Sol (Ap. 12,1ss), que tiene la misión de combatir contra el Dragón Rojo y
su poderoso ejército, para vencerlo, ligarlo y arrojarlo a su reino de muerte,
para que en el mundo pueda reinar solamente Cristo.
Heme aquí entonces presentada
por la Sagrada Escritura con el fulgor de mi maternal realeza: “y apareció en
el Cielo otra señal: una Mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una
corona de doce estrellas sobre su cabeza”. (Ap.12, 1ss)
En torno a mi cabeza hay, pues,
una corona de doce estrellas.
La corona es el
signo de la realeza.
La misma está compuesta por
doce estrellas, porque se convierte en el símbolo de mi materna y real
presencia en el corazón mismo del pueblo de Dios.
Las doce estrellas indican las
doce tribus de Israel, que componen el pueblo elegido, escogido y llamado por
el Señor para preparar la venida al mundo del Hijo de Dios y del Redentor.
Puesto que Yo soy llamada a ser
la Madre del Mesías, mi designio es el de ser el cumplimiento de las promesas,
el brote virginal, el honor y la gloria de todo el pueblo de Israel.
En efecto, la Iglesia me exalta
con estas palabras: “Tú eres la gloria de Jerusalén; Tú eres la alegría de
Israel; Tú eres el honor de nuestro pueblo”.
Por eso las tribus de Israel
forman doce piedras preciosas de la diadema que circunda mi cabeza, para
indicar la función de mi materna realeza.
Las doce estrellas significan
también los doce Apóstoles que son el fundamento sobre el cual Cristo ha
fundado su Iglesia.
Me he encontrado a menudo con
ellos, para estimularlos a seguir y a creer en Jesús durante los tres años de
su pública misión.
En su lugar, Yo estuve bajo la
Cruz, junto con Juan, en el momento de la crucifixión, de la agonía y de la
muerte de mi Hijo Jesús.
Con ellos he participado de la
alegría de su resurrección; junto a ellos, recogidos en oración, he asistido al
momento glorioso de Pentecostés.
Durante mi existencia terrena
he permanecido junto a ellos con mi oración y mi presencia maternal para
ayudarlos, formarlos, alentarlos e impulsarlos a beber el cáliz que había sido
preparado para ellos por el Padre Celestial.
Soy así Madre y Reina de los
Apóstoles que, en torno a mi cabeza, forman doce estrellas luminosas de mi
materna realeza.
Soy Madre y Reina de toda la
Iglesia.
Las doce estrellas significan
además una nueva realidad.
El Apocalipsis, en efecto, me
ve como un gran signo en el cielo: La Mujer vestida del Sol, que combate al
Dragón y a su poderoso ejército del mal.
Entonces, las estrellas en
torno a mi cabeza indican a aquellos que se consagran a mi Corazón Inmaculado,
forman parte de mi ejército victorioso, se dejan guiar por Mí para combatir
esta batalla y para obtener al final nuestra mayor victoria.
Así, todos mis predilectos y
los hijos consagrados a mi Corazón Inmaculado, llamados a ser hoy los apóstoles
de los últimos tiempos, son las estrellas más luminosas de mi real corona.
Las doce estrellas, que forman
la luminosa corona de mi materna realeza, están constituidas por las doce
tribus de Israel, por los Apóstoles y por los Apóstoles de estos vuestros
últimos tiempos.
Entonces, en la fiesta de mi
Inmaculada Concepción, os llamo a todos vosotros a formar parte preciosa de mi
corona y volveros las estrellas brillantes que difunden, por todas las partes
del mundo, la luz, la gracia, la santidad, la belleza y la gloria de vuestra
Madre Celeste.”
DONGO (COMO), 24 DE DICIEMBRE
DE 1989.
Noche Buena
El tiempo se ha cumplido
“Hijos predilectos, vivid
Conmigo en acto de oración incesante y de profundo recogimiento, estas horas de
la Noche Santa.
El tiempo se ha cumplido.
Desde cientos de años se ha
venido esperando este acontecimiento: voces de profetas y de enviados de Dios habían tenido encendida la
antorcha de la esperanza y de la espera.
El curso del tiempo y de la
historia confluían ambos hacia este extraordinario momento.
En esta Noche Santa todo tiene
su cumplimiento.
Yo, Virgen y Madre, doy a luz a
mi Hijo Divino: mi castísimo esposo José está junto a Mí y lleva en su persona
la presencia de todos los pobres de Israel; la Gruta rústica se vuelve regia
por el Hijo de David, llamado a sentarse sobre su trono real; los pastores
acuden para ofrecer el homenaje de los sencillos y de los pobres de espíritu;
el coro de los ángeles canta y trae la luz inocente de los niños, de los
pequeños, de los puros de corazón.
Con qué inefable amor y
delicada ternura, Yo deposito sobre el pobre pesebre a mi Hijo divino, el
Primogénito del nuevo pueblo de Israel, el Unigénito Hijo del Padre, el Mesías
prometido y esperado desde siglos.
En esta Noche Santa las
profecías se realizan, todo tiene su perfecto cumplimiento.
El tiempo se ha cumplido. Vivid
con amor, con confianza y con gran esperanza esta Navidad. Es la Navidad de
1989.
Es la Navidad de un año que ha
sido muy importante.
Vividlo Conmigo, Madre que cada
día os engendra aquella vida que mi Niño os ha dado con su venida entre
vosotros.
Vividlo con mi esposo José, en
acto de humilde y dócil colaboración al designio de vuestro Padre Celestial.
Vividlo con los pastores que
acuden festivos, con la alegría de ser vosotros también testimonios del
anuncio, que aún hoy sigue proclamando la paz y la salvación a todos los
hombres.
Vividlo con los pequeños, los
sencillos, los pobres, que hacen de trono real al dominio de mi Hijo Jesús.
Vividlo con los ángeles que
cantan armonías divinas y ofrecen el amor a esta pobre tierra, que nunca estuvo
tan amenazada y golpeada.
Vivid en espíritu de alegría
profunda esta vuestra Navidad.
Puesto que el tiempo se ha
cumplido.
Ya entráis en los
acontecimientos que os preparan para su segunda Navidad.
Os aproximáis al momento del
glorioso retorno de Cristo.
No os dejéis, pues, apoderar
por el temor, ni por la tristeza, ni por una vana curiosidad, ni por inútiles
afanes.
Vivid con la simplicidad de los
pequeños, todos los momentos de este nuevo Adviento en mi Corazón Inmaculado y
poned empeño en actuar con rapidez para abrir de par en par las puertas de los
hombres y de los pueblos al Cristo que viene.
Y abrid el corazón a la
esperanza para acoger con alegría el anuncio que hoy os doy: se está cumpliendo
el tiempo de su glorioso retorno.”
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